Hipertensión. Efecto del ejercicio físico y medicación antihipertensiva en la presión arterial


Escrito por el Dr. Miguel Ramírez-Jimenez

La hipertensión es de las primeras causas de muerte en el Mundo. Diferentes herramientas han sido evaluadas para reducir la presión arterial. En este post exploramos el papel del ejercicio físico como una herramienta científicamente probada. 

Si tuvieses que escoger un único factor de riesgo como responsable del mayor número de vidas perdidas cada año a nivel mundial, ¿cuál elegirías?  Seguro que te vienen muchos a la cabeza, tabaquismo, obesidad, contaminación… Sin embargo, es la hipertensión arterial, comúnmente denominada como la “asesina silenciosa” la principal causa de enfermedad cardiovascular y muerte prematura en todo el mundo 1.  Dicho sobrenombre no ha sido puesto en vano, dado que no existen síntomas claros que puedan poner en alerta a la persona de la presencia de hipertensión. Contra este hecho, la única alternativa es la medición regular de la presión arterial para predecir y detectar la presencia de hipertensión (presión arterial sistólica 140 mmHg y/o diastólica superior 90 mmHg según las guías europeas de hipertensión). Este es el fundamento de la campaña anual mundial del May Measurement Month, que busca concienciar a los ciudadanos de la importancia de conocer la presión arterial a través de mediciones gratuitas y masivas. En España, 3 de cada 10 mediciones realizadas en esta campaña arrojan un resultado de presión arterial elevada, y a nivel mundial un 35% de las personas medidas en esta campaña tenían hipertensión.  La prevalencia de la hipertensión arterial es alarmante, se estima que más de un 30% de la población adulta mundial (>1390 millones de personas) tiene hipertensión, y estas cifras van en aumento debido al envejecimiento de la población y a los efectos de la obesidad. El coste humano la hipertensión en la sociedad supone una mortalidad por cualquier causa de 11,3 millones de muertes anuales 2, junto con un gasto económico de 340.000 millones de euros, lo que supone más del 20 % del gasto sanitario en Europa 3

Figura 1: Principales 20 factores de riesgo que contribuyen a la diferencia global de YLL (años de vida perdida) atribuibles al riesgo entre la previsión de referencia para 2040, el escenario de mejor salud para 2040 y el escenario de peor salud para 2040.

Figura 1: Principales 20 factores de riesgo que contribuyen a la diferencia global de YLL (años de vida perdida) atribuibles al riesgo entre la previsión de referencia para 2040, el escenario de mejor salud para 2040 y el escenario de peor salud para 2040.

Figura 2: Cambios en la esperanza de vida de 2016 a 2040, por las 21 causas de muerte de nivel 2 del GBD y para cada región del GBD, para la (A) previsión de referencia, (B) escenario con mejor salud y (C) escenario con peor salud.

Figura 2: Cambios en la esperanza de vida de 2016 a 2040, por las 21 causas de muerte de nivel 2 del GBD y para cada región del GBD, para la (A) previsión de referencia, (B) escenario con mejor salud y (C) escenario con peor salud.

¿Qué tratamientos existen para mejorar la hipertensión arterial?

Dentro del tratamiento de la hipertensión arterial, las principales guías para su manejo recomiendan la implementación de cambios en el estilo de vida como primera estrategia. Este hecho es muy importante dado que la presión arterial elevada es un factor de riesgo modificable, de modo que el paciente puede mejorar e incluso revertir la hipertensión si implementa cambios saludables en su estilo de vida de manera regular. Especialmente aquellos hábitos saludables que incluyen el ejercicio físico regular, reducción en la ingesta de sal y alcohol en una dieta saludable, reducción del peso corporal o dejar de fumar. Si ponemos el foco sobre el ejercicio físico, no habría que esperar semanas o meses hasta obtener una mejoría sobre la presión arterial, ya que desde la primera sesión de ejercicio se observa una reducción de la presión arterial post ejercicio que dura varias horas tras el cese de este. Este fenómeno se conoce como hipotensión post ejercicio, y fue reportado por primera vez en la literatura científica en 1898 4. Leonard Hill del London Hospital Medical College publicó los resultados de un corredor que completó 400 yardas "lo más rápido posible" y registró 10 minutos más tarde una reducción de 10 a 15 mmHg en la presión arterial de reposo, aumentando hasta 30-35 mm Hg una hora más tarde. Hill concluyó: "La presión arterial se reduce por debajo de la presión normal de reposo después de un trabajo muscular intenso". Sin embargo, pasarían casi 100 años hasta que el fenómeno de la hipotensión post ejercicio volviese a ser un tema de interés científico desde la perspectiva clínica. 

La hipotensión post ejercicio como estrategia clínica para controlar la presión arterial

Los pacientes hipertensos que no ven controlada su presión arterial tras un periodo de cambios en el estilo de vida reciben tratamiento farmacológico con medicamentos antihipertensivos. Los principales fármacos para el tratamiento de la hipertensión son los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA), antagonistas de los receptores de la angiotensina II (ARA II), bloqueadores de los canales del calcio, betabloqueantes y diuréticos. Estos medicamentos consiguen reducir en 9 y 5 mmHg la presión arterial sistólica y diastólica, respectivamente 5, y los pacientes deben ingerir al menos una dosis diaria del medicamento para conseguir unos niveles controlados de presión arterial durante las siguientes 24 horas. Dado que los efectos de la pastilla antihipertensiva tienen una duración limitada y desaparecen varias horas tras su ingesta (generalmente tras 24 horas), sus efectos podrían compararse a aquellos observados tras una sola sesión de ejercicio.

Figura 3. Respuesta aguda a los tratamientos en la presión arterial sistólica al inicio (Pre) y 30 -min después tratamientos en reposo en camilla (Post). Los datos se presentan como media±SEM. * Significativamente inferior que placebo en ese momento. † Significativamente inferior a PRE en ese ensayo. ‡ Significativamente inferior a PLAC+EXER en ese momento, todos P<0,05.

Figura 3. Respuesta aguda a los tratamientos en la presión arterial sistólica al inicio (Pre) y 30 -min después tratamientos en reposo en camilla (Post). Los datos se presentan como media±SEM. * Significativamente inferior que placebo en ese momento. † Significativamente inferior a PRE en ese ensayo. ‡ Significativamente inferior a PLAC+EXER en ese momento, todos P<0,05.

Esto nos hace plantearnos la pregunta… ¿sería posible sustituir la pastilla antihipertensiva por una sesión de ejercicio para controlar la presión arterial? 

 

Esta cuestión la tratamos de responder en un estudio publicado en el Scandinavian Journal of Medicine & Science in Sport en 2018 6. Utilizando un diseño cruzado controlado aleatorizado se buscó analizar los efectos aislados y combinados del ejercicio y la medicación antihipertensiva. Para ello se contó con una muestra de participantes hipertensos medicados con elevado riesgo cardiovascular que completó 4 situaciones en días diferentes en orden aleatorio: medicación + ejercicio, placebo + ejercicio, medicación + control y placebo + control. En la situación control los participantes no realizaron ejercicio, mientras que en la situación ejercicio los participantes completaban una sesión de ejercicio aeróbico interválico de alta intensidad en cicloergómetro. Tras cada intervención se monitorizó la respuesta de la presión arterial ambulatoria durante las siguientes 24 horas. Los resultados obtenidos mostraron que, los efectos aislados del ejercicio físico sin el medicamento suponen una reducción de 5 mmHg durante 10 horas (Figura 4; PLAC+HIIE), sin embargo, a las 19h de la tarde los efectos desaparecen. Cuando se combina ejercicio y medicamento, la magnitud de la reducción aumenta hasta los 6 mmHg por hora y los efectos se prolongan hasta las 4 de la madrugada, momento en el que el efecto desaparece (Figura 4; ARB+HIIE). Sin embargo, los efectos aislados del medicamento se mantienen durante al menos 24 horas con una reducción de 5 mmHg por hora. De modo que podemos concluir que una pastilla antihipertensiva no puede ser sustituida por una sesión de ejercicio, sin embargo, cuando se combina medicación con ejercicio se logra una reducción mayor y más prolongada de la presión arterial que el ejercicio aislado.

Más intensidad, mayor reducción de la presión arterial

Si repasamos cuales son los 3 principales motivos de los españoles para no hacer ejercicio encontramos que la falta de tiempo es uno de los más frecuentes. Es por ello por lo que muchos investigadores han buscado optimizar el tiempo de entrenamiento por sesión a través de estrategias como el entrenamiento interválico de alta intensidad (HIIE) y el novedoso entrenamiento interválico de esprines (SIE) a intensidad supra máxima. Este último modelo ha logrado generar adaptaciones cardiorrespiratorias y metabólicas similares a modelos de entrenamiento que requieren de bastante más tiempo de entrenamiento. Sin embargo, los efectos de este último tipo de entrenamiento sobre la presión arterial no habían sido comprobados en la población hipertensa. Por este motivo tratamos de dar respuesta a esta incógnita utilizando la misma metodología descrita anteriormente, y analizar los efectos combinados y separados de una sesión de ejercicio interválico de esprines y la medicación antihipertensiva sobre la respuesta ambulatoria de la presión arterial 7. Los resultados fueron sorprendentes; los efectos de una sesión de ejercicio de esprines supra máximos sustituyendo la medicación antihipertensiva por placebo (PLAC + SIE) reduce en 7 mmHg la presión arterial ambulatoria hasta las 4 de la madrugada.   Cuando se combina ejercicio de esprines supra máximos y medicación antihipertensiva (ARB+SIE) la reducción aumenta hasta 9 mmHg y se prolonga al menos 21 horas post ejercicio. Si combinamos estos resultados con los del estudio anterior, como podemos ver en la figura 4, observamos que incrementar la intensidad de ejercicio incluso por encima de los valores máximos obtenidos en un test incremental, generan mayores y más duraderas reducciones sobre la presión arterial. De modo que si queremos lograr un control óptimo de la presión arterial durante 24 horas se deben emplear modelos de ejercicio de alta intensidad combinado con el tratamiento farmacológico habitual.

Figura 4: Reducción de la presión arterial ambulatoria durante 24h tras cada intervención
Medicación antihipertensiva y placebo (PLAC + SIE)
Ejercicio de esprines supra máximos y medicación antihipertensiva (ARB+SIE)
Entrenamiento interválico de alta intensidad y placebo (PLAC+HIIE)
Entrenamiento interválico de alta intensidad y medicación (PLAC+HIIE)

Figura 4: Reducción de la presión arterial ambulatoria durante 24h tras cada intervención Medicación antihipertensiva y placebo (PLAC + SIE) Ejercicio de esprines supra máximos y medicación antihipertensiva (ARB+SIE) Entrenamiento interválico de alta intensidad y placebo (PLAC+HIIE) Entrenamiento interválico de alta intensidad y medicación (PLAC+HIIE)

¿Medicación antihipertensiva, ejercicio... o ambas?

Más allá de los efectos de una sola sesión de ejercicio o de una dosis del fármaco, si estas ejercen su estímulo de manera regular durante semanas y meses se obtienen unos efectos crónicos que permanecen en el organismo durante días y semanas cuando desaparece el efecto agudo. Si cambiamos el foco hacia los efectos a largo plazo de los medicamentos y el entrenamiento físico, un reciente metaanálisis comparó los efectos de ambos tratamientos sobre la presión arterial en hipertensos 8. La conclusión fue que los efectos del entrenamiento son comparables a aquellos de la medicación antihipertensiva (en torno a 9 mmHg de reducción), sin embargo, ningún estudio comparó los efectos combinar ambos tratamientos sobre la presión arterial. Las nuevas guías para el manejo de la hipertensión arterial establecen como objetivo conseguir una presión arterial lo más cerca posible del umbral 120/80 mmHg. Esto hace necesario que, en la mayor parte de los casos desde el manejo médico, se tenga que aumentar el número de fármacos, con su consecuente aumento de efectos adversos. Esto remarca la necesidad de investigar nuevas formas de conseguir una presión arterial óptima a través de la combinación de tratamiento farmacológico y cambios en el estilo de vida. Para dar respuesta a esta necesidad, tratamos de analizar los efectos aislados y combinados de un programa de ejercicio aeróbico interválico de alta intensidad en combinación con la medicación antihipertensiva habitual en un grupo de hipertensos con riesgo cardiovascular sobre la respuesta ambulatoria de la presión arterial 9. Los resultados obtenidos mostraron que, sobre la reducción en la presión arterial que ejerce el tratamiento farmacológico antihipertensivo, la realización de un programa de ejercicio aeróbico de alta intensidad supone una reducción aditiva y sumatoria sobre la presión arterial. De modo que la combinación del tratamiento farmacológico junto con cambios en el estilo de vida que involucren ejercicio físico aeróbico de alta intensidad supone un beneficio óptimo sobre la presión arterial en comparación a cada tratamiento por separado.

Conclusiones

-La hipertensión arterial es el principal factor de riesgo de mortalidad en nuestra sociedad, afectando a 1/3 de la población adulta.

-Los cambios en el estilo de vida como el ejercicio físico regular son utilizados como principal línea de tratamiento para la hipertensión arterial.

-Los efectos positivos del ejercicio físico aparecen tras una sola sesión, a través del fenómeno de la hipotensión post ejercicio, que permite reducir los valores de presión arterial hasta 24 horas tras el cese del ejercicio.

-La pastilla diaria que toman los hipertensos para reducir la presión arterial no puede ser sustituida por una sesión de ejercicio, pero la combinación de ambos permite controlar la presión arterial durante 24 horas, especialmente si el ejercicio físico es muy intenso.

-A largo plazo, la combinación del tratamiento farmacológico junto con el ejercicio físico aeróbico de alta intensidad (3 sesiones a la semana) ejerce efectos aditivos y sumatorios sobre la reducción de la presión arterial. Estos efectos son superiores a los que tienen cada tratamiento por separado.

Referencias Bibliográficas

1.       Foreman KJ, Marquez N, Dolgert A, Fukutaki K, Fullman N, McGaughey M, Pletcher MA, Smith AE, Tang K, Yuan CW, Brown JC, Friedman J, He J, Heuton KR, Holmberg M, Patel DJ, Reidy P, Carter A, Cercy K, Chapin A, Douwes-Schultz D, Frank T, Goettsch F, Liu PY, Nandakumar V, Reitsma MB, Reuter V, Sadat N, Sorensen RJD, Srinivasan V, Updike RL, York H, Lopez AD, Lozano R, Lim SS, Mokdad AH, Vollset SE and Murray CJL. Forecasting life expectancy, years of life lost, and all-cause and cause-specific mortality for 250 causes of death: reference and alternative scenarios for 2016-40 for 195 countries and territories. Lancet (London, England). 2018;392:2052-2090.

2.       Vaduganathan M, Mensah GA, Turco JV, Fuster V and Roth GA. The Global Burden of Cardiovascular Diseases and Risk: A Compass for Future Health. Journal of the American College of Cardiology. 2022;80:2361-2371.

3.       Mills KT, Stefanescu A and He J. The global epidemiology of hypertension. Nature reviews Nephrology. 2020;16:223-237.

4.       Hill L. Artelial pressure in man while sleeping, resting, working, bathing. J Physiol. 1898;22:26-29.

5.       Law MR, Wald NJ, Morris JK and Jordan RE. Value of low dose combination treatment with blood pressure lowering drugs: analysis of 354 randomised trials. BMJ (Clinical research ed). 2003;326:1427.

6.       Ramirez-Jimenez M, Morales-Palomo F, Ortega JF and Mora-Rodriguez R. Effects of intense aerobic exercise and/or antihypertensive medication in individuals with metabolic syndrome. Scandinavian journal of medicine & science in sports. 2018;28:2042-2051.

7.       Ramirez-Jimenez M, Morales-Palomo F, Ortega JF and Mora-Rodriguez R. Post-exercise Hypotension Produced by Supramaximal Interval Exercise is Potentiated by Angiotensin Receptor Blockers. International journal of sports medicine. 2019;40:756-761.

8.       Naci H, Salcher-Konrad M, Dias S, Blum MR, Sahoo SA, Nunan D and Ioannidis JPA. How does exercise treatment compare with antihypertensive medications? A network meta-analysis of 391 randomised controlled trials assessing exercise and medication effects on systolic blood pressure. British journal of sports medicine. 2019;53:859-869.

9.       Ramirez-Jimenez M, Morales-Palomo F, Moreno-Cabañas A, Alvarez-Jimenez L, Ortega JF and Mora-Rodriguez R. Effects of antihypertensive medication and high-intensity interval training in hypertensive metabolic syndrome individuals. Scandinavian journal of medicine & science in sports. 2021;31:1411-1419.

Sobre Miguel Ramirez-Jimenez

👨🏼‍🎓 Doctor en Investigación Sociosanitaria y de la Actividad Física

👨🏼‍💼 Profesor Ayudante Doctor, Universidad de Valladolid (Campus de Soria)

🧿 Interacciones entre ejercicio físico y fármacos sobre la salud / Entrenamiento y rendimiento

🏃🏼 Graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte

Miguel Ramirez-Jimenez
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